
Este año he ido a acampar de nuevo al ibón de la Basa de la Mora.
Esa noche cayeron muchos rayos, aunque yo no me di cuenta porque tenía que ir a dormir pronto.
Me desperté mil veces por el ruido de los rayos, tan fuertes que se oían hasta dentro del coche. De miedo, tuvimos que ir a domir dentro del coche, que estaba cerca.
Eran así: ¡¡¡BROOOUUUMM!!!, ¡¡¡BROOOUUUMM!!!, con muchas luces, como fuegos artificiales.
No pasé miedo.. bueno, sí, un pelín, pero nada más.
Me desperté luego en la tienda de campaña otra vez, y ya no pasó nada, ni llovió más.
A la mañana siguiente me fuí a buscar al urogallo, pero no lo encontré. Pero ví tritones, renacuajos, larvas de caballito del diablo... y oí el partido de futbol de España con una radio en el campo.
También ví la flor de nieve, muy blanca, muy blanca. Le iba a regalar una al yayo, pero la perdí y no pude. Es una flor que crece en los Pirineos. Había cientos en un sitio que conoce mi papá.
El ibón de la Basa de la Mora me gusta mucho, sobre todo porque tiene muchos animales. Es además, un ibón donde hay seres fantásticos dentro de sus aguas. No se puede tirar piedras, porque sino el ser del ibón se enfada y será malo contigo. En este ibón dicen habita una mora... pero yo no la he visto nunca. Es una leyenda.