Mi amigo de Tarazona Daniel y yo anduvimos por el otoño pirenaico: tres horas y pico por el fondo del Cañón de Añisclo, por sus bosques de colores. Fue una excursión larga, pero muy bonita.
Decía Daniel que era la primera vez que estaba en otoño en el Pirineo. Y fue muy chulo: vimos el río con sus cascadas, varias cuevas y algunos pocos tejos (uno de ellos "milenario").
Nos llovió y yo, que hace tiempo que no andaba, debo de decir que me cansé.
Magnífico ejemplar de tejo en el camino
"Papá, hazle foto a estas hojas. ¿A que queda bonito?"
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