He conocido varias encinas centenarias en el Moncayo. Yo creo que tendrán más de 200 años, y por eso digo "centenarias", que no milenarias.
Permanecen vivas, pero una de ellas estaba ya tumbada en el suelo.
Son las carrascas de Lituénigo, grandes árboles, muy bonitos, con un tronco gordo... algunos tienen muchas ramas rotas. Una de estas encinas es muy frondosa. Otra tiene un nido de pájaro carpintero. Y las hay con una mesa de pic-nic debajo para pasar allí el día comiendo.
¿Qué pensarán? ¡Si fueran personas, esos árboles sabrían tantas cosas de la vida...!
Me he abrazo a su tronco, ayudado de Chema (Winnie).
¡Vaya "arbusto crecidito" el que os encontrasteis por el monte, Lukas...! Con gusto me hubiera sumado a vuestro abrazo... Otro saludo de Alberto...
ResponderEliminarAlberto, gracias, otro abrazo de árbol para ti.
ResponderEliminarLukas.