
En estos días he hecho muchas excursiones por el Pirineo Aragonés. Os iré colgando y mostrando algunas de ellas. La última ha sido la de los ibones de Ordicuso, un rincón poco conocido del Balneario de Panticosa. En compañía de mi papá, el tío Julio y un amigo al que todo el mundo llama "Moski", el Mosquito, Moskitoide... je, je.
Al salir del bosque me he encontrado con un sitio que para mí era "el paraíso de los arándanos". ¡Había tantos...! Os estoy hablando de una planta muy rica, porque sus frutos son comestibles, de color un poco azul-morado. Con estas bayas silvestres se hacen platos muy ricos como batidos y tartas de queso. Nosotros hemos cogido unos cuantos, y luego en casa hemos hecho unas tostadas de queso de pastor con mermelada dulce de arándano. ¡Ummmmm!
Pero subiendo a Ordicuso, muy cerca también había una planta muy venenosa que es el acónito, de hoja estrellada y con flores que pueden ser amarillas o moradas. Si comes el acónito, es fácil que te puedas morir.
De camino a estos lagos tan bonitos también hemos visto mariposas apolos, un bonsai de pino negro, un grupo de caballos, regaliz alpino en los prados... y en uno de los ibones hemos encontrado tritones palmeados que habitan junto a un montón de renacuajos, a los que yo llamo "samarucos".
