
Hace unos días fui en piragua por el Ebro. Era ya la tercera vez. Hay que remar, remar y remar. Fueron tres horas. Ves animales... yo ví larvas de libélulas y otras cosas como gambitas, caracoles y conchas de una almeja de río que encontré viva. También vimos cigüeñas, garzas y milanos.
Paramos en una playa y encontramos unas colchonetas de agua. También me bañé en el río. El agua está limpia, pero lleva muchas cosas (barro y algas)... pero uno se puede bañar.
Quiero volver otro día. Fui con Daniel (monitor de Ebronautas), Sara y mi papá.
El viaje en canoa por el Ebro es como un viaje mágico a África. Terminamos en Alcalá de Ebro. Hay algún peligro: ¡Cuidado con los siluros de cuatro metros!