En el río Duero vi cangrejo señal, peces y una ranita de San Antón. La habían cogido unos niños. Mi padre les dijo que la soltaran, que estaba protegida. Era muy verde, y por debajo era anaranjada con rayas negras y un punto blanco cerca de la cara.
Había muchas cuevas. Una de ellas llena de pelotillas de cabra. Parecía la casa del diablo.
En otra cueva el agua saltaba por encima de la boca de entrada.
En las rocas de Castroviejo había formas muy raras, como de setas de piedra... y había rocas tan grandes como un edificio.
Algunos árboles crecían en ellas, con las raíces en las piedras, en la misma roca.
Fotos chulísimas Lukas: como de costumbre, das una envidia que no veas... Un saludo de Alberto...
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